Oppa... Oh, Oppa!... Extra 04

Sonrío amplio cuando entro a la habitación y encuentro a mi marido quitándose la ropa de trabajo. Paso mi lengua por mis labios al ver como los músculos de sus brazos y espalda se contraen con el movimiento al quitarse la camisa.

Aspiro profundo, aun huele un poco a su colonia, pero mezclado con el sudor del día de trabajo. Muerdo mi labio inferior al sentir como mi entrepierna aprecia su olor.

Volteo a ver al tocador, sonrío cuando veo algo que podría usar. De nuevo mi atención se centra en él cuando escucho el ruido de tela y monedas caer al piso. Se ha quitado sus pantalones.

No puedo resistirme más, rápido camina hacia el tocador, tomo la pequeña botellita y entonces me dirijo hacia él.

— ¿Angelito?- voltea sorprendido al notar mi presencia
— Hola mapachito- sonrío coqueto mientras enredo mis brazos alrededor de su cuello— ¿cansado?- le pregunto mientras le doy algunos besos en los labios y nariz
— Un poco…
— ¿Tenso?
— Mmm… si… - contesta un poco ocupado respondiendo mis besos
— Tengo la solución para eso…- susurro
— ¿En serio?
— Ujum…

Comienzo a empujarlo hacia la cama hasta que cae de espaldas. Muerdo de nuevo mi labio al verlo tirado ahí, casi desnudo, con solo sus bóxers cubriendo sus partes. En realidad sería mejor si estuviera desnudo.

Así que simplemente tomo el elástico de su ropa interior y tiro de los boxers a través de sus piernas hasta dejarlo desnudo.

— Angelito, ¿qué tienes planeado?- sonrío

No contesto, trepo a la cama junto con él, me siento sobre sus caderas a horcajadas y lo escucho dejar salir un leve gemido al sentirme en su pene que ha comenzado a tomar vida. No puedo resistirme y muevo un poco mis caderas provocándolo más.

— Angelito…- murmura, me inclino para susurrarle al oído
— Voltéate…- frunce el ceño
— ¿Huh?
— Que te voltees hombre, no eches a perder el momento- le repito con mis manos en la cintura
— Está bien, está bien- contesta a regañadientes


Me levanto solo lo suficiente para dejarlo darse la vuelta en la cama, dándome la espalda, vuelvo a sentarme sobre él, pero esta vez sobre sus glúteos.

Abro la botellita que tomé del tocador y vacío un poco del aceite de esencia sobre la espalda. Kangin brinca un poco al sentir el frío. Voltea sobre su hombro para verme.

— Oh cielos, si…- murmura apenas mis manos tocan su espalda y comienzan a esparcir el aceite

No soy experto, pero a mi mapache le gusta que le de masajes, así que entre nuestras pertenencias nunca puede faltar un frasquito de aceites para estos momentos íntimos entre nosotros.

Recorro su espalda con mis manos, delineando los músculos que se marcan en su espalda. Suspiro hondo al ver lo perfecto que es, no puedo creer la suerte que tuve al casarme con él, no solo es un excelente padre para nuestros hijos y un extraordinario marido, sino que además, a su edad, aún se ve realmente bien.

Y se siente mucho mejor…

Me inclino un poco, no puedo resistir la tentación y muerdo un poco el musculo en su hombro. Lo escucho reírse.

— Angelito… no empieces- muerdo mi labio, aún inclinado sobre él sin dejar de masajear su espalda, cerca de sus glúteos
— Solo estaba probando la mercancía – le digo al oído
— ¿Sí? Pero tu bien sabes que mi lema es “si la pruebas la compras”- sonrió
— No sé, no estoy convencido de comprar, tal vez…- aprieto uno de sus glúteos haciéndolo saltar- necesito probar un poco más…

Me deslizo poco a poco hasta quedar frente a sus glúteos, sonrío travieso cuando lo veo levantarse un poco para ver por encima de su hombro lo que estoy haciendo. Me inclino más sin dejar de verlo y doy una leve mordida en su glúteo derecho.

— Angelito…- gime- mira que no respondo

Tomo un poco más de aceite y esta vez lo vierto sobre sus glúteos, de inmediato comienzo a esparcirlo con mis manos, masajeando al mismo tiempo, bajando por sus muslos.

— Dios… sí…- lo escucho gemir satisfecho

Mi pobre mapache pasa demasiadas horas en esa tienda, aunque él es el dueño ahora de la franquicia, aún sigue estando al pendiente de todo, a mi marido le cuesta mucho trabajo delegar sus responsabilidades. Es por eso que yo siempre busco estas oportunidades para que se relaje y disfrute de mis atenciones. Y bueno, yo también disfruto…

Casi caigo de la cama cuando Kangin se gira, uno de sus brazos logra sostenerme antes de caer. Me río un poco por lo ocurrido.

— Ten cuidado…- le digo dándole una palmadita en el pecho
— Lo siento, solo quiero un poco más de atención- me dice señalándome con la mirada hacia abajo

Frunzo el ceño sin entender muy bien, pero basta con seguir su mirada para darme cuenta que está señalándome su ya muy evidente erección. Ruedo los ojos.

— Kangin…
— Lo siento angelito, pero es que tus manos son celestiales- me río
— Bobo- le doy otra palmadita en el pecho
— Mmm- gime—  aunque prefiero que me las des ahí- mueve sus cejas de forma sugestiva, de nuevo ruedo los ojos

Kangin es un pervertido, pero eso me encanta. Me río un poco mientras busco de nuevo la botella de aceite. Vierto un poco sobre mi mano y estoy a punto de tomar su erección cuando su mano me detiene.

Eso me ha sorprendido un poco, volteo a verlo sin entender que pasa, él se ha quedado quieto por completo, como si intentara escuchar algo.

— ¿Qué ocurre?- le pregunto
— ¿No escuchaste?- frunzo el ceño
— ¿Qué cosa?
— Ruido afuera de la puerta
— No amor, no hay nadie en casa- sonrío- los niños no están
— ¿Niños?- Kangin levanta una ceja, me sonrojo
— Bueno, los muchachos- no me acostumbro a que mis bebés ya crecieron— Jun Young dijo que tenía algo de trabajo, Kwanghee está con Kevin y Dong Jun dijo que tenía entrenamiento o algo así- le explico, Kangin sonríe de nuevo, ésta vez como si estuviera a punto de hacer una travesura
— Eso es genial, ahora- señala hacia su erección- ¿en que estábamos?- sonrío

Niego con la cabeza, con una sonrisa en los labios. Lo escucho gemir cuando mi mano llena de aceite cubre su pene y comienzo a moverla a lo largo del mismo, masajeándolo. Kangin abre un poco más sus piernas para darme espacio.

Sin dejar de mover mi mano sobre su eje, me coloco entre sus piernas, levanto la vista para encontrarme con sus ojos que me observan fijamente, oscurecidos por la excitación. Adoro como se ven sus ojos cuando está nublado por la pasión.

Me inclino aún más, mi lengua rozando la cabeza de su pene, poco a poco la paso por todo su eje hasta que mi boca se empieza a hacer cargo todo…

— Ropa…- murmura, frunzo el ceño
— ¿Qué?- pregunto dejando salir su pene de mi boca
— Ropa…- vuelve a repetir señalándome, bajo la mirada
— Oh…- sonrío cuando entiendo lo que quiere decirme

Sin dejar de acariciar su pene, con una mano desabrocho los botones de mi camisa y poco a poco la deslizo por mis hombros, dejándola caer a un lado. Se me ocurre una idea, tomo la botella de aceite y vierto un poco sobre mi pecho. Con mi mano lo esparzo dejando mi pecho resbaloso.

— Sssi…- susurra sin dejar de verme
— ¿Te gusta?- le pregunto coqueto
— Tu siempre angelito, siempre…

Sí, tener un marido que te diga siempre que le gusta lo que ve realmente levanta tu autoestima. Espero que mis bebés encuentren a un hombre tan bueno como su papá. Sacudo la cabeza para sacarme de la mente a mis hijos, ¡no es el momento de pensar en ellos!

Pego mi pecho sus caderas y lentamente me deslizo hacia arriba, restregando mi pecho con el suyo. El movimiento se facilita con el aceite que vertí en los dos, y además se siente realmente bien.

— Nnn… - dejo salir un gemido ahogado cuando mi pene roza con el suyo
— Oh, ssii… - Kangin me sujeta de las caderas y me detiene – eso es bueno, muy bueno…- susurra mientras comienza a moverme encima rozándonos por completo
— Kangin…- gimo sujetándome de sus hombros— se… se supone que… Dios…- murmuro— se supone que es un masaje…
— Si, me gusta éste masaje…- sonríe sin dejar de balancearme arriba y abajo
— Pero yo aún tenía algo más preparado…- jadeo

Kangin de pronto se detiene al escucharme. Aprieta los labios mientras yo intento recobrar la compostura.

— ¿Hay más?
— Si…- tengo la respiración agitada
— ¿Qué cosa?
— La tina…

Kangin se queda callado, viéndome fijamente a los ojos, mi cuerpo sube y baja al ritmo de su respiración, aún sigo sobre su pecho. Lo veo pasa saliva, sus manos me sujetan con mayor firmeza de las caderas.

Y cuando me lo espero se gira para sentarse en la cama. Como puedo me sostengo de su cuello y enredo mis piernas alrededor de sus caderas.

— ¡Aaah! – No puedo evitar gritar— con cuidado mapache- me quejo
— Lo siento, lo siento…- sonríe— solo sujétate bien- sonrío amplio
— De acuerdo

Hago lo que me dice, Kangin se impulsa para levantarse de la cama, y así, completamente desnudos, cargándome, camina por la habitación, abre la puerta y sale al pasillo para ir hasta el cuarto de baño.

Por eso es importante que los niños no estén en casa cuando quiero preparar algo especial, no hay mucha privacidad en nuestro pequeño hogar, y Kangin suele ser bastante impulsivo en el sexo, de lo cual no me quejo para nada.

Estoy riéndome a carcajadas por la situación. Me sostengo fuerte de él, levanto la vista hacia el pasillo, la luz de la sala está encendida y eso llama un poco mi atención y…

— ¡Oh por Dios!- grito fuerte, y no lo hago solo, la persona parada al final del pasillo también lo hace

Kangin se detiene por completo. Se mantiene así, de espaldas a la persona en el pasillo. Por lo menos no puede ver nuestras partes íntimas en ésta posición.

— ¡Aaaaah! ¡Mis ojos!- grita- ¡¿Por qué tengo que ver ese trasero peludo?!- ruedo los ojos

Suspiro hondo.

— ¡¿Qué haces aquí Eun?!
— Tu hijo me dejó pasar- contesta

¿Huh? ¿Mi hijo? ¿No estábamos solos?

Puedo sentir a Kangin tensarse al escuchar que uno de nuestros hijos estaba en casa, así que paso mi mano por su espalda para tranquilizarlo.

— ¡Iuuuu! ¡No hagas eso enfrente de mí!- mi hermano se queja- ¡Oye gorila! ¡Si quieres te regalo una rasuradora eléctrica para que rasures tu trasero!

Escucho a Kangin gruñir, se gira bruscamente haciendo que me sostenga con más fuerza de su cuello.

— ¡Mira babuino…!
— ¡AAAAAAAHhhhh! ¡Noooo! ¡Le he visto el trasero a mi hermano!

Apenas dice eso, Kangin se gira de nuevo. Puedo sentirlo muy enojado y tenso por la situación. Estoy comenzando a perder la paciencia.

— ¿Por qué andan por la casa así? ¿Qué no saben que cualquiera los puede ver? ¡Dios! ¿Nunca van a aprender a ser discretos?- ruedo los ojos, como si él fuera discreto en este tipo de cosas
— Ya Eun, ¿qué haces aquí?- exijo
— ¿Huh?
— ¡¿Por qué estás en mi casa?!- Kangin grita
— ¡Ah! Sí, ya recordé, no es para que te enojes gorila- voltea a verme a mí— creo que lo mío puede esperar, quería hacer negocios con ustedes, voy a cambiar mi auto y estaba pensando que tal vez ustedes quieran comprar el que tengo actualmente, ya no necesitan la camioneta, y este auto sería solo para ustedes dos y…
— ¡Después hablamos babuino!- Kangin lo interrumpe
— Sí, sí… ya me voy- mi hermano rueda los ojos

Se gira dándonos la espalda y camina de regreso a la puerta para salir.

— Rayos… nunca voy a acostumbrarme a ver a mi hermanito con ese gorila…- lo escucho balbucear

No puedo evitar sonreír. Eun sigue siendo el mismo, durante toda la conversación que tuvimos pude ver su vena en la cien saltada y palpitando, aguantándose las ganas de golpear a Kangin. Estoy orgulloso de él, pudo controlarse, ha entendido que Kangin y yo estamos casados.

Suspiro hondo cuando lo veo salir de la casa.

Mi atención de nuevo se centra en mi marido cuando lo escucho carraspear. Sonrío cuando me hago hacia atrás para ver su rostro.

— Ya se fue, ahora llévame al baño mapache- le doy un beso en los labios

No le digo dos veces cuando ya estamos ahí. Sonrío orgulloso cuando veo la espuma aún en la tina, los pétalos y las copas de vino a un lado.

— Pensaste en todo angelito- Kangin besa mi cuello y eso me hace estremecer
— Ujum…

Con cuidado entra a la tina y lentamente baja hasta llegar al nivel del agua para sumergirnos en ella. Los dos dejamos salir un suspiro al sentir el agua fresca y el olor de los aceites que puse en la misma.

— Te amo angelito, siempre lo voy a hacer- me susurra sobre los labios antes de comenzar a besarme más apasionado

He quedado sentado sobre sus caderas, mi entrada rozando su pene, así que comienzo a mover mis caderas para provocarlo. Lo escucho gemir de nuevo, sonrío en el beso.

— Te gusta provocarme ¿verdad?- gruñe
— ¿Yo? Pero si solo estaba intentando acomodarme- contesto fingiendo inocencia

Kangin vuelve a gruñir, sujeta mis caderas con firmeza y esta vez es él quien me mueve para rozar su pene en mi pliegue.

— Kangin…- jadeo

Puedo sentir su pene rozando mi entrada y eso me hace desear que entre. Tengo la respiración agitada, puedo escuchar la de él en mi oído igual de agitada.

Una de sus manos rodea mis glúteos, hacia mi entrada, uno de sus dedos juguetea haciéndome desesperar. Empujo mis caderas en busca de ese dedo. Escucho a Kangin reír un poco antes de lamer mi cuello.

Ese simple acto me hace estremecer y me distrae, lo cual aprovecha para insertar su dedo.

— Kangin…- jadeo de nuevo

Mueve su dedo en mi interior, entra y sale en diferentes ángulos buscando mi punto dulce hasta que lo encuentra. Estoy agitado, mis manos aprietan sobre su hombro mientras disfruto de la sensación de sus dedos, agrega uno a uno hasta que me ha dilatado lo suficiente.

Pronto los sustituye con su pene. ¡Dios! Como amo la sensación de tenerlo dentro. Pude haber tenido muchos novios antes de Kangin, pero jamás uno que pudiera satisfacerme como lo hace él. Ninguno llegó a mí en todos los sentidos, en cuerpo, corazón y alma.

— Te amo Kangin…- susurro antes de pegar mis labios a los suyos

Nuestras respiraciones se agitan, me impulso con mis piernas para subir y bajar en su eje, Kangin me sujeta de las caderas y sube a mi encuentro en armonía con mis movimientos, tan profundo, que en cada embestida me hace estremecer.

— Ssi… así amor, así…- susurra en mi oído

Una de sus manos comienza a acariciar mi pene que empieza a doler de la excitación. Unas cuantas caricias y esto al borde del orgasmo. Dejo caer mi cabeza en su hombro, aprieto mis labios intentando contener un poco más de tiempo el clímax, pero no puedo, simplemente dejo salir un gemido más fuerte y lleno su mano con mi esencia.

— Eso ángel, eso… mi hermoso ángel…- sonrío con las palabras dichas en mi oído

Kangin sube unas cuantas veces más antes de terminar dentro de mí. Nuestras respiraciones están agitadas, sonrío satisfecho de sentir la esencia de mi marido en mi interior, llenándome.

— Te amo…- de nuevo susurra antes de darme un beso en el hombro

Lo siento moverse un poco, gimo porque aún está dentro de mí. Pero pronto regresa a su lugar. Me separo un poco para verlo a los ojos. Kangin pone frente a mí una de las copas de vino. Chocamos las copas antes de tomar un trago y nos damos un beso después.

El momento después del sexo siempre es tan reconfortante. Me hace sentir tan relajado y en paz que podría quedarme todo lo que resta del día en ésta posición.

Suspiro hondo recargando mi cabeza en su hombro.

— Oye ángel
— Mmm
— ¿Tu hermano dijo que uno de nuestros hijos lo dejó entrar?

Levanto la cabeza de nuevo, estoy un poco preocupado.

— Sí, eso dijo
— Oh rayos, ¿Nos habrá escuchado?
— No sé, eres bastante ruidoso mapache
— ¿Yo?
— Yo tenía mis manos y boca ocupada- sonrío


Con eso lo he dejado callado y eso me hace sentir orgulloso de mí mismo. Aunque aún estoy un poco preocupado, ¿Quién estaba en casa? Se supone que los tres estaban fuera. ¡Diablos! Solo espero que no haya sido Dong Jun, ¡es un bebé para ver o escuchar a sus papás haciendo estas cosas!

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1 Comentarios

  1. Hubo acción xD y lo ame, Teuk pensando en todo, masaje, tina, vino, tan bonita esta pareja <3

    Pero claro no podia faltar la parte incomoda/comica jajajajaja que Eunhyuk los encontrara en ese momento xD, ya deberia haber aceptado que Leeteuk esta casado con Kangin, llevan años juntos! Pero bueno, la verdad también me divierten sus peleas.

    Pero quien de sus hijos habrá dejado pasar a Eun, bueno la verdad poco les importo en el momento, yo también espero que no hubiera sido Dongjun, pobre del chico, de por si tiene problemas para aceptar sus sentimientos u.u

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