Flor Pálida (Oneshot)

Título del Songfic: Flor Pálida
Parejas: SiChul
Autora: Mew Mary
Grupo: Super Junior
Tipo: Yaoi
Género: slash, drama, angst, OTP, POV, AU
Clasificación: +18


Halle una flor, un día en el camino

Que apareció marchita y deshojada

Ya casi pálida, ahogada en un suspiro

Me la llevé a mi jardín para cuidarla.


— Sí, estoy saliendo en éstos momentos, en media hora estoy ahí - le digo a mi socio, quien está esperándome en una cena con algunos importantes inversionistas.

Corto la llamada y guardo mi celular en el bolsillo de mi pantalón, y saco la llave de mi auto estacionado en el sótano de las oficinas de mi empresa. Estoy a tan solo unos cuantos metros y presiono el botón de la alarma para abrir el coche, eso hace que todo se ilumine alrededor de mi vehículo.

Frunzo el ceño cuando creo haber visto algo o alguien en el piso, recargado en la pared. Camino sigiloso. El estacionamiento no está completamente oscuro, pero aún así, no logro distinguir quién está sentado cerca de mi auto.

— ¿Qué rayos?...- murmuro cuando escucho un quejido. — Oye, ¿estás bien? - pregunto mientras me acerco más rápido.

Es un hombre. Apenas escucha mi voz, puedo notar un pequeño temblor en su cuerpo, y sus manos hacen el mayor esfuerzo por cerrar su camisa y cubrirse.

¿Qué es lo que ha pasado aquí?

— Tranquilo, no voy a hacerte daño…- le digo mientras me pongo de cuclillas junto a él. — ¿Qué te ha pasado?

El hombre levanta la mirada. Aun con los golpes que cubren su rostro, puedo apreciar sus delicadas y hermosas facciones.

— Yy-yo…- murmura sin poder decir más.
— ¿Cómo te llamas? ¿Quién te hizo ésto? - le pregunto.

Pero él simplemente sujeta mi mano, y sus ojos me ven fijamente, suplicándome que lo ayude antes de finalmente desmayarse.

Niego con la cabeza. No puedo dejarlo aquí. De nuevo saco mi celular del bolsillo de mi saco, y llamo al número de emergencias, y después a mi socio para decirle que ésta vez no podré estar presente en esa cena.


******


Me acerco al Doctor que acaba de entrar a la sala de espera mientras meto mi celular al bolsillo del pantalón y dejo de lado los correos que estaba contestando.

— ¿Es usted la persona que trajo al joven?
— Sí. - extiendo mi mano. — Choi Siwon. - me presento.
— Soy el Doctor Jung. Necesitamos los datos del joven, no traía nada entre sus ropas. - me dice, yo simplemente niego con la cabeza.
— No tengo idea de quién es. - contesto. — Lo encontré casi inconsciente junto a mi auto en el estacionamiento.

El Doctor hace una mueca, y frota su nuca mientras lee el expediente en su otra mano. Suspira hondo.

— Tendré que llamar a servicios sociales para que ellos se hagan cargo de llamar a las autoridades. - murmura.
— ¿Como está? — en realidad tengo curiosidad, y por algún motivo tengo la necesidad de querer ayudarlo.

El Doctor levanta la mirada. Piensa por un momento antes de finalmente decirme.

— A decir verdad, el joven no recuerda nada. Es por eso que no tengo sus datos, además…- se detiene unos momentos y vuelve a suspirar. — Él ha sido abusado, es probable que eso haya causado su pérdida de memoria, en estos momentos el psicólogo del hospital está hablando con él, y así podremos tener un mejor diagnóstico.

No voy a negar que estoy un poco consternado por lo que acaba de decirme el Doctor. ¿Cómo alguien pudo hacerle eso?

Recuerdo su rostro golpeado. Tan delicado. Piel tan blanca y facciones hermosas. Cuando toqué su rostro, su piel era tan suave, como si estuviera tocando el pétalo de la flor. ¿Quién se atrevería a lastimarlo de ésta manera?

— Si no logra recordar su nombre y sus datos, - pregunto — ¿Qué va a pasar con él?
— Tal vez pueda quedarse aquí una o dos noches, pero después tendrá que ser dado de alta. - el Doctor se frota el mentón. — Servicios Sociales se hará cargo de llevarlo a algún refugio para víctimas.

Asiento con la cabeza mientras escucho atento a lo que dice. Aprieto mis manos en puño imaginando a ese joven viviendo en un lugar así, solo.

— Bueno…- el Doctor continúa — Gracias por traerlo señor Choi, nosotros nos haremos cargo y…
— ¿Puedo llevarlo conmigo? - pregunto de pronto.
— ¿Uh? - el Doctor voltea a verme sorprendido.
— Es decir, después de todo fui yo quien lo encontró y lo trajo, creo que me gustaría ayudarlo hasta que recuerde quien es. No quiero que pase por esto solo…- murmuro las últimas palabras.

El Doctor asiente y sonríe levemente.

— Eso es muy amable señor Choi, hablaré con servicios sociales al respecto. ¿Quiere pasar a verlo? - contengo la respiración unos segundos.

¿Pasar a verlo? He pensado en llevarlo conmigo, pero no me detuve a pensar en cómo tratar con él....

— Yyo… está bien…- paso saliva un poco nervioso.


Aquella flor de pétalos dormidos

A la que cuido hoy con todo el alma

Recuperó el color que había perdido

Porque encontró un cuidador que la regara.


Heenim… así es como le llamo. Es una bella flor que está intentando volver a florecer, que cada mañana despierta con sus ojos rojos de tanto llorar.

Suspiro hondo cuando lo veo bajar las escaleras.

— ¿Cómo amaneciste? - le pregunto. — ¿Has dormido bien?

Mi corazón da un vuelco cuando una encantadora sonrisa dirigida hacia mí, ilumina su rostro.

— Si, he dormido bien. — contesta, como siempre con una mentira.
— Me alegra…- le digo, aun y cuando sé que no es así. — Siéntate, acompáñame a desayunar.

Heenim se sienta frente a mí, en silencio toma un tenedor y empieza a hurgar la comida en su plato. Se que va a pasar así varios minutos, sin llevar un solo bocado a sus labios. Me inclino un poco y pongo una mano sobre su otra mano en la mesa, y eso lo hace levantar su rostro y verme a la cara.

— Tienes que comer… - llevo mi mano a su mejilla, su piel es tan suave. — necesitas recuperarte al cien por ciento.
— Lo sé…- murmura, pero rápidamente sus ojos se llenan de lágrimas — pero no tengo hambre, en verdad, intento comer, pero no puedo… - un lindo puchero se dibuja en sus labios y pronto comienza a llorar.

Soy un tipo al que no le gusta ver a nadie llorar, y he descubierto que ver llorar a Heenim es aún peor.

Tomo su mano y lo jalo hacia mí, hacia un abrazo para intentar consolarlo. Su rostro en mi pecho, y yo acariciando su espalda.

— Por favor mi hermoso Heenim, no te dejes caer… yo estoy aquí para tí…

Es curioso que le esté diciendo estas palabras cuando hace tan solo unos días, no lo conocía, y hasta el momento, desconozco su verdadero nombre, tan solo sigo llamándolo por el sobrenombre que le he puesto.

— Disculpe. - ambos nos separamos y volteamos hacia la entrada al comedor. — Señor Choi, traigo unos documentos importantes. — Mi asistente es quien ha interrumpido.
— Gracias, ¿de qué se trata? - le pregunto.

Mi asistente voltea a ver a Heenim por unos momentos y luego se dirige hacia mí.

— Son los documentos oficiales del joven, y también los avances en el caso. - me dice intentando ser discreto y prudente.
— Gracias, puedes retirarte.

Apenas se va, Heenim vuelve a acercarse, ésta vez curioso por el contenido del sobre que ha dejado en mis manos. Suspiro hondo mientras lo abro.

— ¿Estás listo para saber? - le pregunto.
— No - contesta — pero necesito saber.

Sonrío y acaricio su mejilla. Finalmente saco los papeles.

— Kim Hee Chul - leo — 24 años, Gangwon-do.
— Kim Hee Chul…- murmura, como si intentara obtener algún recuerdo al decir en voz alta su nombre.
— Tienes familia en Gangwon-do - le digo. — Has estado viviendo solo en Seúl por tres años.

Pongo los papeles sobre la mesa, un poco ansioso por lo que voy a preguntarle.

— Tú… ¿quieres ir a verlos? — Heenim, no, Heechul se me queda viendo por unos momentos.
— Yyo… no lo sé… - suspiro hondo.
— Piénsalo. Es tu familia, por lo que leo aquí, tu padre y tus abuelos. Deben estar preocupados.

Heechul no dice nada. Ladeo la cabeza observandolo fijamente. ¿Habrá recordado algo? Niego con la cabeza, sacando esos pensamientos por el momento. De nuevo tomo los documentos. Es momento de leer que ha pasado con su caso.

Aprieto mis manos en puño cuando veo la foto de un sujeto, alto, de piel morena, y de complexión robusta, por lo menos dos veces más grande que Heechul.

— ¿Qué más dice? - Heechul pregunta al verme tenso. Volteo a verlo sin saber que decirle.
— Shin Jang Hoon. - leo el nombre. — ¿Te dice algo?

Heechul abre los ojos muy grande. Sostengo su mano cuando noto que está conteniendo la respiración. Sus ojos se llenan de lágrimas y lentamente éstas comienzan a rodar por sus mejillas.

— ¿Qui-quién es? - murmura. Muerdo mi labio, no quiero hacerlo, pero tal vez sea lo mejor, así que decido poner la foto sobre la mesa para que la vea.
— Él…

Le fuí poniendo un poquito de amor,

La fuí abrigando en mi alma

Y en el invierno le daba calor

Para que no se dañara.

De aquella flor hoy el dueño soy yo

Y he prometido cuidarla

Para que nadie le robe el color,

Para que nunca se vaya!

— Shh… está bien… todo está bien…- sostengo a Heechul entre mis brazos mientras éste llora desconsolado.

Estamos sentados en el piso del comedor. Y yo intento mantener la calma, pero realmente me duele el corazón al verlo así.

— ¿Lo recuerdas? - pregunto inquieto, susurrando.
— N-no…- murmura — pero no quiero verlo… no quiero…- dice sin poder dejar de llorar.

Vuelvo a abrazarlo. Cierro los ojos mientras acaricio su espalda.

Shin Jang Hoon, es el dueño de un bar cercano al edificio de mi empresa. Los papeles que mi asistente me ha entregado muestra los resultados de la investigación, y al parecer Heenim, Heechul, trabajaba ahí para poder pagarse un posgrado.

Las diferentes cámaras de seguridad, tanto del estacionamiento de mis oficinas, como de aquellas cercanas al bar, muestran a Heechul saliendo por la puerta trasera del bar, golpeado y maltrecho, corriendo hasta llegar al estacionamiento… y ese tipo intentó seguirlo, pero simplemente lo dejó ir al darse cuenta de que alguien podría verlo.

De nada le sirvió, porque gracias a mi insistencia, la policía ha dado con él, y haré todo lo posible para que reciba lo que se merece.

Bajo la mirada al sentir que Heenim se ha tranquilizado. Sonrío levemente al ver que se ha quedado dormido, cansado, de tanto llorar.

— ¿Qué voy a hacer contigo? — murmuro.

Observo su hermoso rostro. Es tan hermoso que a veces quisiera…

Niego con la cabeza y respiro hondo. Alejo cualquier pensamiento que pudiera tener respecto a él, no es el momento.

Mi mente regresa a los datos de su familia… él tiene familia, y deben estar preocupados sin saber nada de él, tal vez lo mejor sea que yo mismo me ponga en contacto con ellos y…

Aprieto los labios. Sin darme cuenta, mi abrazo sobre Heechul se ha hecho más firme. El solo pensamiento de llevarlo con su familia, de dejarlo ahí, de separarme de él me hace sentir indeciso… no quiero dejarlo ir…

De aquella flor surgieron tantas cosas,

Nació el amor que un día se había perdido

Y con la luz del sol se fue la sombra,

Y con la sombra la distancia y el olvido.


— Si no estás listo, puedes decir que no…- le digo a Heenim. — Y yo, yo siempre estaré contigo, aquí, apoyándote.

Levanta la mirada. Puedo ver en su rostro la incertidumbre. Extiende su mano hacia mí, camino desde la puerta para tomarla. Me pongo de cuclillas frente a él mientras acaricio su mano.

— Gracias Siwon. - sonríe.
— ¿Está listo? - ambos giramos hacia la puerta.

Me pongo de pie al ver a un oficial. Hoy, Heenim ha sido llamado a declarar, no estoy seguro de que él pueda hacerlo, aún no puede recordar todo.

— ¿Puedo estar con él? - le pregunto al oficial.
— Lo siento. — contesta — No se preocupe, quien hará las preguntas es un especialista. - me dice refiriéndose a un psicólogo, tal y como me lo habían dicho.

Heenim voltea a verme, como si estuviera pidiéndome ayuda, pero no puedo hacer nada. Tomo su mano de nuevo y le digo que todo estará bien. Veo como el oficial se lo lleva.

Mi corazón duele. Quiero estar ahí con él.

Le fuí poniendo un poquito de amor,

La fuí abrigando en mi alma

Y en el invierno le daba calor

Para que no se dañara.

— Siwon…- levanto la mirada. Heenim está parado en la puerta de mi despacho en la casa.
— ¿Sí? - su rostro luce demacrado, sus ojos rojos, se que ha estado llorando.
— Y-yo…- se queda callado y luego niega con la cabeza. — Nada, olvídalo. - se da la vuelta para salir.
— ¡Espera!- le digo para que se detenga al mismo tiempo que me pongo de pie y sujeto su mano — ¿Qué ocurre?

Heenim se gira, y de pronto me abraza. Es como un pequeño gatito, pidiendo atención y cariño.

— Tengo miedo…- susurra.
— ¿Miedo? ¿De qué? - suspira hondo.
— De que él vuelva…- frunzo el ceño, lo alejo un poco para ver su rostro.
— Él no va a regresar, hablaste de él y recibirá su castigo, ¿lo recuerdas?

Heenim baja la mirada.

— Pero… ¿y si lo que dije no es verdad? y-yo no sé… en mi mente hay muchas cosas que parecen reales, pero a veces creo que no es así…
— Lo que dijiste sobre él, es cierto. - le digo con firmeza. Heenim se me queda viendo fijamente. Suspira hondo, pero no dice nada.

Acaricio su mejilla. Mi Heenim, mi bella flor…

Tal vez estoy siendo muy egoísta, tal vez necesito dejarlo ir para que pueda recuperar su pasado y así pueda estar en paz con su presente, pero… no quiero perderlo…

Observo sus ojos rojos, sus ojeras formadas por tantas noches en vela, su cuerpo, cada día más delgado… y entonces me doy cuenta de algo…

Sino lo dejo ir, tal vez lo pierda para siempre.

Cierro los ojos y lo abrazo firmemente. Mi corazón duele. Pero necesito dejar que regrese a su vida, que recupere lo que ha perdido…

— Heenim…- lo llamo.
— ¿Sí?
— Llamaré a tu familia. - le digo.

Heenim levanta el rostro sorprendido y un poco alterado.

— ¿Qué? ¿Vas a echarme? - contengo la respiración por unos segundos antes de calmarme y volver a hablar.
— No estoy echándote.
— Entonces, ¿para qué vas a llamarlos? - pregunta molesto.
— Es necesario- acaricio de nuevo su rostro. — Tienes que verlos, solo ellos pueden ayudarte a recuperar tus recuerdos. Aunque yo quiera hacerlo, yo no sé nada de tí, yo solo…

Me sorprendo cuando Heenim golpea mi mano que acaricia mi rostro para apartarla. Con el ceño fruncido me grita realmente enojado.

— ¡Estás echándome! ¡Dijiste que siempre ibas a estar conmigo! - apenas dice eso, sale de mi despacho corriendo.

Me vuelvo a sentar en mi escritorio, y cubro mi rostro con mis manos.

No sé si voy a arrepentirme de esto, pero tengo que hacerlo por su bien. Han pasado ya varios meses, y él sigue sin recuperar sus recuerdos. La intraquilidad de no saber nada de él mismo, sólo está haciendo que sus temores crezcan, y no pueda sentirse seguro… y yo no puedo ayudarlo...

De aquella flor hoy el dueño soy yo

Y he prometido cuidarla

Para que siempre este cerca de mí,

Para que nunca se vaya!

— Aquí tienes - le digo a mi asistente mientras le entrego los documentos que ha traído para que le firme. — ¿Está confirmado el almuerzo de mañana con el Señor Seo?
— 9 en punto en el club.- contesta.
— Bien. ¿Algo por el día de hoy? - le pregunto.
— Sólo ésto. - me dice.

Observo fijamente el ipod en su mano. En la pantalla, puedo ver un correo electrónico en mi cuenta. Desde hace casi un año, lo recibo y simplemente me hace añorarlo más.

— Gracias. - le digo mientras lo tomo.
— Me retiro - asiento con la cabeza sin dejar de ver el ipad en mi mano.

Me he quedado solo en mi despacho, así que decido que es el momento ideal para abrir el mail y leer su contenido. Cierro los ojos un momento, recordando su voz, sus manos, su rostro…

Lo extraño…

***Saludos, y muchas gracias por su ayuda.***

Ese es el pequeño mensaje que viene en el mail, junto con las fotos que el Señor Kim, el padre de Heenim me ha enviado. Sonrío al verlo a él sonriendo, tan repuesto y hermoso.

Suspiro hondo y me recargo en mi silla sin dejar de ver una de las fotos. Sí, sé que he tomado la mejor decisión, él luce mucho mejor, feliz… paso mis dedos por la pantalla del ipad, por su rostro.

— Te extraño tanto…- murmuro.
— Y yo a tí…

Levanto la mirada sorprendido. Mi corazón se acelera…

Estoy realmente sorprendido.

Creo que finalmente he sido yo quien se ha vuelto loco… Heenim… él…

Heenim está parado en el marco de la puerta de mi despacho. Mucho más hermoso que en la foto, sonriendo.

— Hola Siwon. - parpadeo saliendo de mi asombro.

¡Es real!

—¿Heenim? -pregunto aun sorprendido.
— Sí - sonríe. — Soy yo, Heechul, tu Heenim.

Me pongo de pie, y camino hasta donde está él. Admito que tengo miedo de que al tocarlo él desaparezca, así que camino lento. Extiendo mi mano, y con las llemas de mis dedos toco su rostro. Heenim cierra los ojos, y una de sus manos detiene la mía sobre su rostro.

— Extrañaba ésto…- susurra.

No puedo resistirlo más, simplemente lo atraigo hacia mí para abrazarlo.

— No voy a dejarte ir de nuevo - susurro, estoy totalmente siendo egoísta.
— Y yo no voy a irme aunque me eches. - contesta, y eso me hace separarme un poco de él para aclararle…
— Yo…- pero no puedo ni siquiera empezar a hablar porque me lo impide.
— Lo sé…- uno de sus dedos está sobre mis labios impidiendo que hable. — Ya no estoy enojado. Sé qué fue lo mejor, gracias a tí he recuperado mis recuerdos. - sonríe — sé quien soy, lo que fui… y ahora sé quién quiero ser. Gracias…

Heenim vuelve a abrazarme y yo correspondo su abrazo.

— Mis temores se han ido, mi mente se ha aclarado, y ahora sé que esa persona que me hizo daño está en donde debe estar, pero sobre todo…- se separa de mí lo suficiente para verme a la cara — sé que quiero estar aquí porque…- y sin esperarlo, él simplemente sujeta mi rostro y me besa suavemente — Te amo Siwon.
— Y yo a tí… mi bella flor - sonrío, de nuevo mis manos acarician su rostro, pero es que no puedo creer que él esté aquí, que haya regresado a mí — Voy a cuidar de tí, lo prometo. Nadie te hará daño de nuevo, es mi flor, y voy regarte y darte vitaminas todos los días…

Heenim ríe al escucharme. Suspiro hondo. Estoy demasiado feliz.

— Te amo. - digo antes de volver a besarlo.

Le fuí poniendo un poquito de amor

(Para que nunca se vaya!)

Y en el invierno mi jardin decoro!

(Para que nunca se vaya!)

Ay, cuando la vi, me enamore y me la lleve, me la lleve!


FIN

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2 Comentarios

  1. Heechul, maltratado por un desgraciado sin escrúpulos, fue cuidado y sobre todo amado por Siwon, el hombre que se fue enamorando de él, quien contra toda razón lo dejó ir, para que al cabo de un año regrese un joven mucho más maduro y fortalecido… con la promesa de nunca más separarse… un songfic tan hermoso como el SiChul.

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  2. Lástima lo que le pasó a Rella, felizmente ese infeliz estar pagando por ello, aunque considero que ningún castigo es suficiente en casos como este, pero bueno ahora puede ser feliz junto al hombre que ama y que lo ama.

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